El Humanismo surgió en la Italia del renacimiento, es decir de mediados del siglo XIV y duró hasta fines del siglo XVI.
La disciplina del diseño es compartida por todos aquellos que perciben y planean cosas como las comunicaciones gráficas, los objetos físicos producidos a mano y con máquina, los servicios y actividades estructuradas, así como los sistemas integrados que varían en escala: desde aquéllos que involucran computadoras y otras formas de tecnología hasta los que constituyen ambientes urbanos y naturales manejados humanamente. Para intensificar el problema, las historias y teorías del diseño también son excepcionalmente diversas, ya que representan una amplia variedad de creencias sobre lo que es el diseño, sobre la manera en que debe practicarse. De manera similar, los diseñadores y los teóricos del diseño presentan en forma perecida un conjunto inagotable de procedimientos y máximas especiales que se requieren para lo que ellos consideran como diseño efectivo. Lo que se necesita para reducir la confusión que existe entre productos, métodos y propósitos del diseño hasta llegar a un patrón inteligible, es una nueva visión de la disciplina como una empresa humanística, reconociendo la dimensión retórica de todo el pensamiento del diseño y la clave para esto nace en la naturaleza del tema del que se ocupa el diseño. En general, el diseño evoluciona continuamente, y la gama de productos o áreas donde el pensamiento del diseño puede aplicarse sigue expandiéndose para caracterizar al diseño como disciplina que se preocupa fundamentalmente por asuntos que admiten resoluciones alternativas.
Desde una perspectiva tipográfica hay un sierto interés hacia el libro impreso y sus técnicas dos artistas alemanes, Dürer y Holbein, cuyo estilo se ha italianizado ya que muestra la exaltación y un pensamiento humanista hacia las artes en categorías que se extendió a los artículos comerciales que se producían como por azar, productos verdaderamente singulares, realizados sin duda por artistas de gran prestigio que no dudaban, por lo que parece, en participar en obras menores con todas sus consecuencias.
La mayoría de los impresos se realizaron en el siglo xv, y como la tradición histórica de la Artes Gráficas se afana en demostrar.
El famoso Albrecht Dürer realizo el perfecto monograma, imitado ya por sus contemporáneos, se dispone compositivamente de manera similar a las marcas de impresores cabe suponer que, en una mentalidad racional como la suya, este gesto de compromiso formal con la disciplina tipográfica implica a la vez un homenaje y una identificación con el medio transmisor de cultura que en su día repudiara Rafael.
Fueron los “humanistas” los que iniciaron una valoración del hombre en su estado terrenal, volviendo a la formación de la cultura clásica de griegos y romanos tomaron al hombre como su principal objetivo. Buscaron para el hombre una formación académica, más ilustrada, a través de disciplinas procedentes de esta tradición grecolatina: retórica, gramática, historia, por lo tanto más humanística, es decir más cerca al hombre.
Los primeros libros impresos marcaron el modelo a seguir hasta el siglo XX. El diseño grafico de aquella época se conoce como el Estilo Antiguo especialmente la tipografía.En el siglo XIX en las calles se presentan los carteles como expresión de la vida social, económica y cultural. Aquí es donde entra la influencia de Toulouse Lautrec ya que influencio en la elaboración del cartel moderno o también llamado poster. Los carteles eran un medio de comunicación con otras personas, que se dirigía a otra audiencia. Ahí descubrió la importancia de trasladar su trabajo a la imprenta y aprovecho la litografía a gran escala.
Alejandra Palao C./5C-6Q