A pesar de que se tiene la percepción que el factor de impacto ecológico relacionado con el diseño gráfico es muy concreto y menor, los diseñadores gráficos debemos tener claro, que no por ser de menor complejidad deja de tener una proporción directa. No consideramos solamente la producción material de nuestra profesión, sino la resonancia mental de sus contenidos. La contaminación visual producida por la emisión de mensajes vacíos, se puede comparar con la obsolescencia de los productos materiales que les sirven de soporte.
La accesibilidad a programas de fácil manejo que otorga las nuevas tecnologías informáticas, por un lado han democratizado la información, su presentación y difusión, pero por otro ha convertido la comunicación visual de textos e imágenes en una actividad superficial y arbitraria.
Los procesos son ahora facilmente manipulables y estandarizados. Se han convertido en protagonistas como consecuencia de un automatismo mental dejando de lado el concepto y los significados de la comunicación.
Analizando el lado material de la producción gráfica, estos son algunos de los aspectos que debiéramos revisar y modificar:
- la dependencia en el consumo de papel
- el consumo del agua en su producción
- el consumo de cloro
- el consumo de tintas tóxicas
- los residuos no reciclados de estas industrias
- la utlización de adhesivos en las etiquetas
- la impresión superficial con UVA
- y todo proceso que dificulte el reciclaje.
La introducción de las pantallas lumínicas como nuevo soporte de la comunicación gráfica, trae consigo, supuestamente, un ahorro considerable en la utilización del papel. Sin embargo, hasta que estas suplanten por completo el soporte tradicional del papel debemos ser conscientes de lo que estamos causando con el uso indiscriminado del mismo.
En nuestra sociedad de consumo, los productos envasados de consumo masivo, representan en forma más directa la relación entre la obsolescencia mental del mensaje y la obsolescencia física del producto. Ambos tienden a ser eliminados aceleradamente como una necesidad de sobrevivencia del sistema consumista.
La moda, que dicta las pautas de la producción, distribución y consumo de toda esta parafernalia efímera y sustituible, ejerce la presión justa y medida para la diversificación, obsolescencia y el cambio continuo. Los envases son el termómetro de estas pautas.
Al igual que con el consumo del papel, estas serían algunos de los aspectos a revisar en el tema de los envases y embalajes:
- son fabricados para un solo uso
- estan compuestos de más de un material lo que los hace imposible de reciclar
- no tienen códigos de identificación de los materiales utilizados
- son producidos muchas veces con materiales no renovables
- las tintas sintéticas contienen tóxicos
- los adhesivos utilizados son sintéticos también
- el PVC, Tetra Brock, latas de aluminio son ecológicamente conflictivos
- conforman el mayor volumen de los residuos sólidos urbanos
Existen directrices ecológicas para la producción de este tipo de productos de consumo masivo, ya que son estos los que mayor repercusión tienen sobre el medio ambiente. Nosotros, los diseñadores gráficos debemos conocerlas e influir para que sean tomados en cuenta.
Texto extraído del libro de Joaquim Viñolas Marlet
Diseño Ecológico
2005 Art Blume
Barcelona